Kourbous es uno de esos lugares que no te esperas. Resulta que de las rocas sale agua caliente directamente hacia el mar. Allí puedes encontrar gente bañándose todo el año, los que lo hacen en invierno son valientes pero en verano también tiene su peculiridad porque es una playa sin arena, llena de piedras que esconden erizos y con bastante oleaje, sólo apto para atrevidos.
También es típico encontrar gente con los pies en remojo y vendedores de barro y piedras saludables. Las aguas termales ya se sabe que tienen muchas peopiedades. Recuerda siempre la costumbre del regateo si quieres llevarte un souvenir.
Al Haouaria es otra joya de la corona cercana a la capital de Túnez. Unas formaciones espectaculares en las rocas, gracias al agua y el viento forman un paisaje bonito y peculiar. Se paga entrada pero no es caro.
Kerkouan, fue el primero de muchos lugares arqueológicos que visité en Túnez. Se trata de ruinas fenicias junto al mar. Durante la visita nks sorprendió la lluvia de primavera esa que te empapa hasta los huesos, pero valió la pena la visita.
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